¿Qué tienen en común países como Corea del Sur, Japón, Alemania, Holanda, Singapur y Estados Unidos? Fuera de ser 6 excelentes opciones para salir de vacaciones, se trata de países de tamaños radicalmente disímiles (territorialmente Singapur es el país más pequeño del Sudeste Asiático y USA es de los más grandes del mundo) que ostentan sistemas políticos y económicos muy diferentes, pertenecientes a territorios bastante alejados entre sí y con recursos muy diversos. Sin embargo, todos ellos tienen algo en común y es que están dentro de los países que lideran el ranking de densidad de fuerza laboral robótica. Esto quiere decir que por cada 10.000 trabajadores humanos, hay por lo menos 200 robots, como es el caso de Estados Unidos y hasta 710, caso de Corea del Sur.
Hace tiempo ya, es de conocimiento común que el aumento de la fuerza laboral automatizada crece aceleradamente en todo el mundo. El 2016 se registraron un promedio de 74 robots por cada 10K empleados humanos en países desarrollados, cifra que aumentó a 85 el 2017 en el sector de la manufactura y hoy promedia más de 100 en toda Europa. En el caso de América el número es 91 y para Asia es 75. Sin embargo, son los análisis en retrospectiva los que llaman más nuestra atención. Y es que los países top en el ranking de mayor densidad robótica coinciden con un notable aumento de su PIB per cápita. Miremos a Corea del Sur: en los años 80’s se podría haber comparado con países como Chile en términos de desarrollo. Ambos veían anclada su fuerza económica a recursos naturales, la expectativa de vida no sobrepasaba los 60 años y la cantidad de pobreza y extrema pobreza eran abrumadoras. Y si bien ambos países iniciaron un giro hacia la globalización y el desarrollo, evidentemente Corea del Sur experimentó el cambio más radical, posicionándose hoy con un PIB per cápita un 70% mayor al de Chile y ostenta una estructura social notoriamente más igualitaria que la de nuestro país. Entonces, ¿qué fue lo que hizo Corea del Sur para generar ese salto? Sin duda las políticas públicas y regulaciones económicas fueron claves en este desarrollo, pero hay algo en que todos los expertos están de acuerdo y es que diversificarse fuera de los recursos naturales es clave. En el caso de Corea, se hizo una importante inversión para construir una economía basada en la exportación de maquinaria eléctrica y tecnología en general. Nada más lejos que la exportación de cereales en la que basaban su economía inicialmente. Esto les permitió tener mayor control, valor agregado y margen en sus exportaciones, además de permitirles planificar un crecimiento en el mediano y largo plazo: si se invierte cierta cantidad de recursos en fuerza laboral robótica, la producción sería la misma o incluso más y las personas son relocalizada para un mejor propósito (y casi siempre, mejores condiciones de trabajo).
Y esto no sólo funciona para países como Corea del Sur. En los últimos años se ha visto que países en rubros tan diversos como manufactura y automotriz se ven fuertemente beneficiados de una mayor robotización de su fuerza laboral. Eso sí, como se trata de grandes inversiones, deben estar en el marco de una estrategia a nivel gubernamental. Algunos países como Japón, incluso han creado un ministerio especial para estas regulaciones, y existe un plan a mediano plazo en que se incluye paulatinamente esta fuerza laboral automatizada. De esta forma se optimizan los procesos de capacitación y adecuación humana y se puede proyectar manera más eficiente la tecnología agregada.
Respecto a Chile, el futuro es alentador. Si bien continuamos exportando recursos naturales como celulosa, cobre y fruta, ya hay indicios de un aceleramiento en el aumento de la tecnología y la fuerza laboral automatizada. Una buena señal fue la creación del ministerio de Ciencias el año 2018 (en realidad llamado Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación), dentro del cual está la misión de formular e implementar políticas, planes y programas destinados a fomentar el sistema nacional de tecnología e innovación. Estamos expectantes y entusiasmados por ver los siguientes pasos de este ministerio y aportar un grano de arena para mejorar la productividad y calidad de vida de las personas a través de la incoproración de la fuerza de trabajo robótica.
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