Mucho hemos hablado de las maravillas de la robótica, pero la pregunta del millón es: ¿cómo se hace un robot? Te lo contamos a continuación.
Para crear un robot es necesario integrar distintas áreas de trabajo, pero las vamos a resumir en 2, la primera corresponde a todo el diseño electrónico y software, que en general, es la que se lleva la atención. Otra área menos popular, pero igual de importante es la del diseño mecánico, crítico para el funcionamiento y la estética de nuestros robots.
En este artículo queremos profundizar en el proceso diseño mecánico de los robots en Kinamics, y para eso hablamos con algunos integrantes del equipo: Natalia Jahn, Ingeniera Civil Mecánica y Francisco Zapata, Diseñador Industrial. Francisco está a cargo nada más, ni nada menos que de darle forma al robot, para que funcione y se vea bien. Y Natalia, por su lado, determina cuáles son los mecanismos que se utilizarán para que el robot se mueva, y también ve que el robot esté bien dimensionado para la tarea y el esfuerzo que tiene que hacer.
Pero, empecemos por el principio. La idea de un robot, siempre comienza por una necesidad, un problema, un desafío al cual darle solución. “Por lo general el cliente llega con un problema, algo que tiene que solucionar, pero no sabe cómo hacerlo, entonces nosotros tenemos que imaginarnos cómo podríamos solucionar el problema y luego darle forma”, cuenta Francisco.
Lo primero es entender el problema que enfrentan nuestros clientes, por ejemplo, si lo que necesita el cliente es inspeccionar un lugar peligroso usando un robot, hay que entender: porqué es peligroso, qué dimensiones tiene, dónde está ubicado, etc. Luego, tenemos 3 caminos: 1) Utilizar nuestros robots Arkytas P y Arkytas MU cuando ellos pueden solucionar los desafíos planteados; 2) Modificar alguno de nuestros robots ya comercializados; y 3) Diseñar y fabricar desde cero un nuevo robot.
En caso de construir un robot desde cero y ya habiendo definido el problema que enfrenta el cliente, con esa información el equipo de Kinamics hace una reunión interna de lluvia de ideas para definir la función del robot, qué forma va a tener, si tendrá ruedas, o patas, o quizás un brazo mecánico, etc.
Con toda esa información ya definida, Francisco la toma, y se va a su computador para dar rienda suelta a su imaginación y poder dar forma concreta (aunque digital todavía) al futuro robot. En este diseño él debe considerar factores funcionales, estéticos y económicos, como por ejemplo: costo, que la fabricación de las partes sea posible, los materiales, limitaciones de peso, armado del conjunto, espacio para que quepan todos los componentes, los cables, etc. En algunos casos este proceso incluye realizar prototipos rápidos a través de impresiones 3D para validar conceptos. Y junto con todo eso, un diseño que sea atractivo, es decir que funcione bien, pero que también se vea bien.
Una vez que el diseño ya tiene forma, es el turno de Natalia. Lo que ella hace es asegurar que el diseño resiste, “veo los esfuerzos a los que estará sometido el diseño y según eso, hago cálculos y simulaciones para asegurar que la estructura no se vaya a romper y que dure el tiempo que corresponde”, cuenta. Primero, gracias a un software, revisa el componente general, como un todo, luego va probando cada parte individualmente, yendo cada vez más al detalle. En base a los resultados del análisis, Natalia define los materiales óptimos para construir el robot y entrega recomendaciones sobre la necesidad de redimensionar o cambiar la forma del robot.
Así, cuando se han hecho todas las pruebas y ajustes necesarios, viene la prueba final: el armado y testeo del robot. Este es realizado por el equipo de Kinamics, momento en que se reúnen nuevamente todas las áreas para ver que todo quede como fue planificado.
Los que creían que aquí termina el proceso, se equivocan. Todavía queda. Porque cuando ya tenemos el robot armado y con vida, viene la etapa de detectar mejoras, acá buscamos las fallas o lo que pudo haber funcionado mejor y lo más interesante: nuevamente buscamos soluciones. Y porqué recalcamos esta parte, pues porque en la gran mayoría de los casos, el robot va a presentar una falla única, vinculada solo a ese robot, con ese diseño único, por ende la solución no existe, hay que nuevamente, imaginarla y hacerla realidad.
Y así, después de por lo menos un mes de pruebas (el tiempo tendrá relación a la complejidad del proyecto), detectar fallas y solucionarlas, podemos decir que el robot está listo para ir a terreno y cumplir con su misión de vida. Y con eso, damos por finalizado, el desafiante y gratificante proceso de diseño y fabricación de un robot Kinamics.
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