Cuando pensamos en robots y su rol en los distintos rubros, probablemente se nos vengan a la mente los que hemos visto en famosas misiones espaciales, los de servicio doméstico con quienes compartimos nuestro día a día o quizás aquellos meticulosos del mundo de la medicina. Sin embargo los países mineros como es el caso de Chile, saben que si bien requieren una gran inversión, cada vez se están utilizando más robots en el rubro de la minería. Y es que se trata de un sector en el que tanto la seguridad como la eficiencia son claves.
Imagina que estás a cargo de una minera. Ésta puede funcionar 24/7 en condiciones óptimas y para ello cuenta con grupos de empleados que trabajan en distintos turnos, estructuras que fluyen como un engranaje y así todos felices, pero ¿qué pasa si la correa transportadora de desechos se atasca? Para desatascarla manualmente no es tan simple como llegar a la correa, pausar la producción, desatascarla y continuar: seguramente ese orden de procedimiento estaría fuera de toda regulación y el prevencionista de riesgos no aprobaría el trabajo. Es más probable que por protocolo, lo primero que habría que hacer es pausar la producción, o al menos una parte de ella. Porque el trabajador no sólo se expone al entrar en contacto con la maquinaria, sino también en el trayecto se arriesga a caída de material, exposición a aire con un alto porcentaje de micropartículas, dañar sus oídos por ruido excesivo, etc. Esto significa que cada vez que la correa transportadora se atasca, pueden ser hasta días de producción pausada para reanudar el trabajo. En términos de dinero, son grandes sumas de pura pérdida. En términos de seguridad es más difícil de mesurar. Los protocolos pueden fallar, las personas son irregulares y olvidadizas para cumplirlos y existe un grado de incertidumbre en el comportamiento del terrno. Cuando insertas a un robot en la ecuación, el escenario es completamente distinto. Porque éste no se intoxicará con las micropartículas suspendidas en el aire, ni sufrirá daños por exceso de contaminación acústica. En otras palabras, la producción se detendrá sólo una fracción del tiempo que requeriría si una persona hiciera todo este trabajo. Y claro, sin riesgo de vidas humanas.
Casos como el expuesto ocurren a diario en el rubro de la minería, pero hay muchos más que ponen en gran riesgo vidas humanas y el funcionamiento óptimo del flujo de trabajo de forma cotidiana: la toma de muestra de tierras, aperturas de nuevas pasadas, rescates de otros empleados que han quedado atrapados son todas situaciones en los que la robótica se encarga de hacer el trabajo más preciso, rápido y seguro. Y es de esperar que sus capacidades sólo aumenten y se diversifiquen.
Sin duda son una gran inversión pero los expertos saben que se paga optimizando recursos, aumentando la productividad y mejorando la seguridad de todos. En minería, si quieres estar vigente, los robots no son el futuro. Son el presente.
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